Gran Bretaña no
aceptó las presiones norteamericanas para restringir sus compras en la Argentina. Además ,
estaban en juego las libras argentinas bloqueadas en Londres durante la guerra
y las inversiones británicas radicadas en el país. La magnitud de las deudas
británicas hacía que el pago de las libras fuera algo impensable. Por otro
lado, la situación de las empresas ferroviarias, la descapitalización y
obsolescencia, y la pérdida general de rentabilidad hacían conveniente para los
británicos desprenderse de ellas: luego de una compleja negociación, Argentina
arregló la compra de los ferrocarriles por un valor similar a las libras
bloqueadas, y un acuerdo sobre venta de carne, que sería en lo sucesivo pagada
en libras convertibles.
Ahora, ¿qué
ocurre? Se trataba claramente de un éxito británico, ya que los ferrocarriles
no eran los mejores, pero por otro lado, Argentina no tenía mejor opción. “La
crisis financiera británica de 1947 y el abandono de la convertibilidad de la
libra acabó con la única ventaja importante obtenida”.
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