miércoles, 6 de junio de 2012

Perón y la Iglesia


Con la Iglesia existió un acuerdo básico, el cual se tradujo en el poco velado apoyo electoral de 1946. El gobierno peronista mantuvo la enseñanza religiosa en las escuelas, y concedió la conducción de las universidades a personajes vinculados con el clericalismo hispanófilo. 
A su vez, también reservó un importante lugar en el ceremonial público a los altos prelados e incorporó a su elenco político a algunos sacerdotes.
Sin embargo fue una relación algo distante ya que un grupo importante de eclesiásticos, preocupados por el autoritarismo creciente, se alineó firmemente en el lado de los opositores; otros lamentaron la renuncia de Perón a las consignas nacionalistas; y otros miraron con reservas algunos aspectos de la política democratizadora de las relaciones sociales, como por ejemplo la igualación de los derechos entre hijos “naturales” y “legítimos”.